La presencia de cientos de miles de jóvenes en Madrid para la
Jornada Mundial de la Juventud ha obligado a trabajar a unos veinte mil
empleados (policías, agentes de tráfico, limpiadores, bomberos...) para
cuidar los servicios públicos. El comentario general es que los jóvenes
de la JMJ son distintos, para bien, de los de otras aglomeraciones
juveniles. Así lo refleja un reportaje en El Mundo (21-08-2011).
“Hay mucho trabajo, pero los peregrinos son super amables y educados”. Estas fueron las palabras más repetidas ayer por los trabajadores de servicio durante la JMJ.
Desde el punto de vista sanitario, el Samur (Servicio Municipal de Urgencia) tuvo que atender a centenares de peregrinos por golpes de calor en Cuatro Vientos. En cambio, como declara al diario Juan José, oficial de transporte sanitario, “no ha habido comas etílicos”. Algo que no deja de ser significativo cuando en cualquier fin de semana o en concentraciones juveniles el problema de las borracheras es lo que da más trabajo a los sanitarios.
Como no podía ser de otro modo, los actos masivos dejaron muchos residuos. Los trabajadores del servicio de limpieza, que recogieron cerca de 29.000 kilos de basura al día, destacan la colaboración. “Los peregrinos transmiten alegría y están colaborando mucho”, dice José Luis, jefe del servicio de Limpieza Urgente. “Nos piden bolsas y nos preguntan dónde pueden echar el cartón y el plástico”. Según Dani, barrendero, “la gente es muy tranquila y respetuosa”. “Amontonan la basura y dejan todo bastante limpio. Se portan mejor que los del fútbol y los del Orgullo Gay”.
Marisa, empleada de una cadena de restauración en una de las carpas de Cuatro Vientos, donde no se vendía alcohol, dice que un chico le preguntó: “¿Tienes cerveza? Cuando le dije que no, me preguntó: ¿Y un riojita? Eso sí, los peregrinos no ponen una mala cara por nada”.
José, del equipo de bomberos que regaba con mangueras a la gente para sofocar el calor, ha trabajado mucho pero está contento: ”Es una experiencia muy gratificante y alentadora”.
“Hay mucho trabajo, pero los peregrinos son super amables y educados”. Estas fueron las palabras más repetidas ayer por los trabajadores de servicio durante la JMJ.
Desde el punto de vista sanitario, el Samur (Servicio Municipal de Urgencia) tuvo que atender a centenares de peregrinos por golpes de calor en Cuatro Vientos. En cambio, como declara al diario Juan José, oficial de transporte sanitario, “no ha habido comas etílicos”. Algo que no deja de ser significativo cuando en cualquier fin de semana o en concentraciones juveniles el problema de las borracheras es lo que da más trabajo a los sanitarios.
Como no podía ser de otro modo, los actos masivos dejaron muchos residuos. Los trabajadores del servicio de limpieza, que recogieron cerca de 29.000 kilos de basura al día, destacan la colaboración. “Los peregrinos transmiten alegría y están colaborando mucho”, dice José Luis, jefe del servicio de Limpieza Urgente. “Nos piden bolsas y nos preguntan dónde pueden echar el cartón y el plástico”. Según Dani, barrendero, “la gente es muy tranquila y respetuosa”. “Amontonan la basura y dejan todo bastante limpio. Se portan mejor que los del fútbol y los del Orgullo Gay”.
Marisa, empleada de una cadena de restauración en una de las carpas de Cuatro Vientos, donde no se vendía alcohol, dice que un chico le preguntó: “¿Tienes cerveza? Cuando le dije que no, me preguntó: ¿Y un riojita? Eso sí, los peregrinos no ponen una mala cara por nada”.
José, del equipo de bomberos que regaba con mangueras a la gente para sofocar el calor, ha trabajado mucho pero está contento: ”Es una experiencia muy gratificante y alentadora”.