En los escasos 30 segundos que dura el spot, Pam Tebow cuenta el nacimiento de su quinto hijo. Cuando estaba embarazada, contrajo una infección muy grave. Aunque los médicos le animaron a abortar, ella decidió seguir adelante con su embarazo. Y así nació Tim Tebow, el flamante quarterback de los Florida Gators.
La iniciativa de emitir el anuncio por la CBS en plena Super Bowl, prevista para el 7 de febrero, ha sido impulsada por la organización Focus on the Family. El año pasado, más de 98 millones de personas vieron esta final a lo largo y a lo ancho del mundo.
Emitir un anuncio en la Super Bowl cuesta entre 2,5 y 3 millones de dólares. Según Focus on the Family, el dinero se ha conseguido “gracias a las generosas aportaciones de muchos amigos”.
La reacción del lobby abortista no se ha hecho esperar. Jehmu Greene, presidenta de la organización Women’s Media Center, ha pedido a la CBS que no emita el spot. A su juicio, “un anuncio que emplea el deporte para dividir en vez de para unir no debería tener cabida en el evento deportivo más importante del año”.
Focus on the Family cree que las cosas se están sacando de quicio: “El anuncio celebra la familia y la vida. Se trata de una historia personal de amor entre una madre y su hijo”, explica Gary Schneeberger, portavoz de esta organización cívica.
El propio Tebow ha querido terciar en la polémica: “Entiendo que no todos piensen como yo, pero al menos que respeten mi decisión de defender aquello en lo que creo. Mi madre fue una mujer muy valiente, y por eso me he metido en este lío. Para ayudar a quien lo necesite”.
No se sabe si ante las presiones la CBS se echará atrás. Pero los pro vida han conseguido ya suficiente publicidad antes de que se emita el anuncio, mientras que sus adversarios aparecen en la incómoda postura de los que quieren silenciar al discrepante.
Para la columnista Sally Jenkins, que se declara pro-choice, el anuncio protagonizado por Tebow y su madre no tiene nada de intolerante. En realidad, los únicos exaltados son sus críticos.
“No deja de ser curioso que nos pasemos el día exigiendo a los deportistas que se preocupen más por los problemas de su tiempo y menos por su chequera. Y luego, cuando aparece uno dispuesto a comprometerse con una causa, nos llevemos las manos a la cabeza”, escribe en el Washington Post (2-02-2010).
A diferencia de sus críticos, “Pam Tebow sí que tiene una auténtica historia pro-choice que contar. (…) Los médicos le advirtieron que su embarazo podía ser peligroso, pero ella ejerció su derecho a elegir. Veinte años después, el fruto de esa elección se ha convertido en el ganador del Heisman Trophy y en un convencido evangélico”.
“Ahora Pam Tebow y su hijo se sienten felices por aquella decisión y quieren contársela a la gente. Pero la National Organization for Women (NOW) no les deja. Cree que es un mensaje inapropiado para Estados Unidos. En cambio, considera positivo que una chica en bikini anuncie una cerveza”.
Juan Meseguer Velasco (Aceprensa)