AN EDUCATION

la propuesta de Scherfig consiste en toda una invitación a ir por la vida más allá de las apariencias, para averiguar el significado de la palabra "compromiso"

Director: Lone Scherfig

Guión: Nick Hornby. Intérpretes: Carey Mulligan, Peter Sarsgaard, Alfred Molina, Rosamund Pike, Emma Thompson. 95 min. Jóvenes-adultos. (S)

Lone Scherfig (Copenhague, 1959) obtuvo mucho prestigio por su excelente tercer largometraje, Italiano para principiantes (2000), duodécimo del movimiento Dogma y ganador del premio del jurado en Berlín. Su primera película en inglés fue Wilbur se quiere suicidar (2002), un tragicómico retrato de la perplejidad nihilista, menos lograda que la anterior.

An Education es una espléndida adaptación del relato de Lynn Barber que ya ha ganado el premio del Público y el premio a la mejor fotografía en Sundance 2009 y decenas de galardones a la mejor actriz para Carey Mulligan, que también fue candidata al Globo de Oro. La cinta aspira a ocho premios Bafta y a tres Oscar importantes: película, actriz y guión adaptado.

La protagonista es Jenny, una inteligente y culta joven de 17 años, residente en un tranquilo suburbio de Londres y que ha sido formada por sus sencillos padres en el trabajo, la exigencia personal y el afán de superación. En el año 1961, su vida da un vuelco cuando conoce a un hombre de 35 años, que la corteja con elegantes cenas y viajes, poniendo en peligro su futuro en la Universidad de Oxford.

El sutil guión de Nick Hornby (Alta fidelidad, Un niño grande) se basa en los relatos autobiográficos que la periodista Lynn Barber publicó en la revista literaria Granta. Sin efectismos melodramáticos ni toscas concesiones a la galería, Scherfig prosigue su personal indagación de los traumas del hombre y la mujer contemporáneos. Se muestran las limitaciones y miserias de una educación rigorista –que entierra la alegría de vivir en un agotador voluntarismo sin alma– y también de las del materialismo hedonista, iniciado en los años sesenta, que acaba por animalizar al ser humano, dando rienda suelta a los instintos más primarios, sin ningún autocontrol y ahogando los afanes más espirituales y duraderos en fugaces satisfacciones puramente físicas.

Esta sólida antropología se sitúa a contracorriente de lo políticamente correcto, sobre todo por su decidido elogio de la familia, su explícita aceptación de una naturaleza humana objetiva –frente al subjetivismo moral– y su implícita apertura a lo trascendente. Un enfoque, claro, que llena de sugerentes matices dramáticos a todos los personajes, especialmente a la protagonista, magistralmente encarnada por la londinense Carey Mulligan, una actriz llamada sin duda a convertirse en estrella. El resto del reparto le da la réplica con vigor, lo que unido a una esmerada resolución fotográfica y musical, hace una pequeña gran película, que confirma a Scherfig como una de las mejores cineastas actuales.

Jerónimo José Martín