El fin de semana pasado (16-17 de abril) tuvo lugar en Madrid el II Congreso de la Profesión Médica, organizado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
Cerca 500 médicos se reunían para tratar del presente y futuro de la profesión (perdonad la frase manida, pero así era). Hablaron de los MIR, de la colegiación obligatoria, de las otras profesiones sanitarias, la seguridad del paciente y sobre dos temas que no han gustado nada a «El País»: el aborto y la PAE (Píldora Anticonceptiva de Emergencia).
Por lo visto, que un médico defienda la vida es tan normal como que un progre lo haga con la muerte. ¡Pero qué se han creído unos científicos expertos, además de representantes democráticos de un colegio profesional, para defender la vida!. Supongo que excepto el doctor Muerte Montes, los demás médicos no tienen categoría para opinar.
La crítica a la Ley del Aborto fue demoledora:
* «No puede hablarse de 'derecho al aborto' ya que el derecho a la vida es fundamental e irrenunciable».
* «Crea una parcela de absoluta impunidad y autonomía a la mujer para abortar hasta la 14 semana de gestación»
* Se preguntan si es ético «crear parcelas de impunidad en las que se lesionan bienes fundamentales de otros, sin ninguna responsabilidad ética y legal»
* El propio nombre —Interrupción Voluntaria del Embarazo— es una sandez: «todo lo que se interrumpe se puede reanudar y, evidentemente, este no es el caso»
* Sobre la edad: «ni Gobierno ni Parlamento pueden retirar a los padres el derecho de velar por sus hijos y trasladarlo al médico al que se solicita practicar el aborto»
* De la objeción de conciencia:«según el Código Deontológico por el que se rige la profesión médica, no debe ser sancionado el médico objetor»
Y con respecto a la PAE:
* «Por todo lo cual la decisión tomada es científica y profesionalmente 'insatisfactoria', social y políticamente 'incoherente' y sanitariamente 'peligrosa'»
El derecho fundamental e irrenunciable a la vida fundamenta el resto, quizá es lo que no le guste a la progresía
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